FIN A LA IMBATIBILIDAD DEL MUNICIPAL DE CALDES
El C.B. Caldetes perdió su primer partido como local ante el Jesus Maria de Badalona. El partido fue duro desde el inicio, y, siguiendo el tópico, podría decirse que las defensas se impusieron a los ataques. Así, con la excepción de los primeros cinco minutos, en que una salida local muy potente se tradujo en un un 10-3 en el marcador, el partido fue, durante la primera parte, de muy bajo tanteo y muy igualado, llegándose al descanso con una mínima ventaja local de un punto, 25-24. El conjunto badalonés, el mejor conjunto que ha visitado el campo caldetenc en lo que llevamos de temporada, dispone de un bloque corto de efectivos (ocho), pero bastante conjuntado, en el que destacan el número 5, un base-escolta muy rápido, y un pívot muy móvil, número 10, si mal no recuerdo.
Tras el descanso, la incoherencia. El Gil Stauffer, en una controvertida decisión, decidió ponerse en una zona 2-3, a fin de rebajar los 9 puntos encajados en el segundo cuarto, y salió trasquilado. Tres triples acabaron con la resitencia amarilla, y abrieron una "escletxa" superior a los 10 puntos, que, en un encuentro de tan bajo tanteador, tuvo consecuencias decisivas.
El combinado local, además, no encestó más que un triple en todo el partido y los contraataques no tuvieron la fluídez habitual, así que el partido recibió sentencia muy pronto. La brega Stauffer le impidió perder la cara al match, pero el resultado nunca más pareció ya peligrar para el Jesus Maria.
Otra derrota en el casillero del Caldetes, que convierte el partido ante el Llavaneres, a la espera del aplazado entre el mismo Llavaneres y Sant Vicenç, en la primera final para el C.B. Gil Stauffer Caldetes.
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